Los dos autores del homicidio de Gastón Copes en Santo Tomé se definen entre una condena cercana a la pena máxima, o una “pena justa”, como entienden los abogados defensores. Este jueves se realizaron los alegatos de clausura en el juicio oral y público a Agustín Coria y Mariano Caridad, y se espera que el tribunal de a conocer la sentencia el lunes en horario a determinar.
Los fiscales Estanislao Giavedoni y Laura Urquiza mantuvieron el pedido de pena de 23 años de prisión para cada uno de los coautores del homicidio calificado por el uso de arma de fuego, mientras que el abogado querellante Martín Peón sostuvo la pretensión de la pena máxima por este delito: 25 años. En tanto, los abogados defensores Raúl Sánchez Lecumberri, Tracy Dunnigan y Raúl Sartori insistieron con que ese monto punitivo es excesivo, y que la condena debe ser por una pena menor. Los dos acusados declararon antes de los alegatos y pidieron perdón.
Pena máxima
Para sostener un pedido de pena máxima, los acusadores repasaron la crueldad del ataque a Copes, sin ningún motivo de justificación, y el impacto que este hecho generó en la vida de los amigos y testigos, y de los allegados a la víctima. El homicidio de Copes fue en plena Avenida 7 de Marzo, en Santo Tomé, a las 6 de la mañana del 23 de octubre de 2022, cuando fue atacado a disparos en medio de un grupo de jóvenes que se encontraban charlando en la vereda.
Los atacantes llegaron de manera intempestiva al lugar, frenaron el auto y se bajaron con las armas de fuego en la mano. Sin mediar palabra, efectuaron varios disparos contra la humanidad de Copes, ante la vista y el estupor de todos los presentes. Dos amigos de la víctima, que entonces tenían 21 años, declararon en el juicio y refirieron el temor que sintieron en ese momento y cómo les cambió la vida: debieron hacer terapia psicológica para superar lo sucedido.
Uno de ellos refirió que debió comenzar a trabajar como camionero porque encontró en la ruta la manera de escapar de los recuerdos, y que sólo está en su casa en Santo Tomé pocos días al mes. También se repasó la declaración de la novia de Gastón, que al momento del crimen estaba embarazada de siete meses: “Dejaron a una nena que no va a poder disfrutar de su papá, a una familia destrozada”, sostuvo entre lágrimas la joven, que declaró por videoconferencia.
En tanto, la mamá de Gastón se expresó ante los jueces Susana Luna, Pablo Busaniche y Pablo Ruiz Steiger: dijo que pedía justicia, no venganza, que su familia quedó destruida tras el crimen; uno de sus hijos no aguantó lo sucedido y se fue a vivir al extranjero. El abogado querellante, Martín Peón, cuestionó el pedido de disculpas de Coria y de Caridad y remarcó que no se correspondía con la actitud “desafiante y burlona” que habían mantenido durante el juicio.
Pena “justa”
En tanto, el abogado defensor de Mariano Caridad, Raúl Sartori, reclamó que, al momento de considerar el monto de pena, el tribunal tenga en cuenta “cómo ha sido la vida de mi asistido: se crio como pudo, no tuvo un hogar bien constituido”. En este punto, Sartori recordó la declaración de los testigos que sostuvieron cómo el joven había sido abandonado por su madre en la puerta de la casa de su padre cuando tenía cinco años, y su problema de adicciones a las drogas.
Uno de los testigos refirió que el joven acostumbraba a consumir clonazepam con alcohol, y el abogado recordó que el ataque a Copes se produjo tras una noche de boliche, en la que es probable que se haya dado el consumo de sustancias. En este sentido, el defensor remarcó que no se comprobó que el ataque a la víctima hubiera estado planificado, que el encuentro en la avenida fue casual y que los atacantes sacaron las chapas patentes del auto después de la balacera, y no antes. Sartori aludió a tratados internacionales que establecen criterios al momento de establecer una pena, como la expectativa de vida del condenado y la posibilidad de reinsertarse a la sociedad.
Finalmente, el defensor remarcó que, si bien entiende que la pérdida de la vida de un ser humano es un hecho grave, entiende que la pena que reclama el bloque acusador “es totalmente desproporcionada”. El defensor remarcó que “somos hombres de derecho, estamos haciendo nuestro trabajo y que obviamente queríamos una sentencia justa”; en este sentido, sostuvo que debe tenerse en consideración la escala penal, la falta de antecedentes de Caridad, y el arrepentimiento que manifestó al hacer uso de la palabra: pidió disculpas y sostuvo estar arrepentido. Sartori sostuvo que una pena que él considera justa en base a todo lo manifestado es una condena a 15 años de prisión.
El alegato del defensor de Agustín Coria, Raúl Sánchez Lecumberri fue en sentido similar al de Sartori. Sánchez Lecumberri recordó la declaración de uno de los amigos de Copes, quien había explicado por qué pararon de manera casual en ese lugar de la Avenida, por pedido de una de las chicas que los acompañaban, y que había visto en el grupo a un muchacho con el que se había peleado en el boliche “por chupado”, según dijo el joven. Sánchez Lecumberri sostuvo que el crimen de Copes se produjo tras una noche de boliche, con alcohol de por medio, insistió que no hubo un plan para atacar a Copes y que se habían encontrado por casualidad.
Finalmente, el defensor recordó que Coria se entregó voluntariamente a la Justicia, que reconoció de entrada su responsabilidad en el crimen y a aceptar la consecuencia de sus actos; además, Coria declaró en el juicio, pidió perdón y sostuvo que estaba arrepentido. El abogado solicitó al tribunal que se tenga en cuenta la actitud que adoptó Coria en la cárcel, donde terminó los estudios secundarios y tiene pensado inscribirse para estudiar en la universidad. Sánchez Lecumberri se adhirió a la pretensión de Sartori de una condena a 15 años de prisión
Fuente: Aire de Santa Fe
