El 8 de agosto, un disparo mortal en Santo Tomé, puso punto final a la vida de Tomás Garro de 22 años, cuyo corazón dejó de latir a la madrugada del día siguiente. Cristina Portillo, abuela de Tomás, dice conocer al asesino: “Después de matar a mi nieto, él se fue de acá a Colastiné, tenemos dolor en la familia”. La familia de Tomás Garro no encuentra consuelo tras el crimen del joven en Maipú y 3 de febrero, del barrio Adelina Oeste en Santo Tomé.
Según Cristina Portillo, su abuela, aquello que comenzó porque “Se miraron mal con un chico de acá a la vuelta”, desencadenó en “un par de trompadas” en la zona de Tomás Lubary y 13 de diciembre y, días después, en el homicidio a manos de un hombre en plena calle: “Lo mató el padre del chico con quien se había peleado Tomás”. Tomás Garro de 22 años, nació y vivió desde siempre en casa de su abuela Cristina. Salía poco, “no quería estudiar, de vez en cuando consumía estupefacientes” y Cristina lo persuadía para que se quede en su casa. “Se iba y se juntaba con unos chicos de acá a media cuadra, por ahí se tomaba una droga, pero no le hacía daño a nadie”.
“Nosotros no lo dejábamos salir a la calle porque no queríamos que se meta más en la droga”, explicó Cristina. El fatídico 8 de agosto Tomás salió a las 17, acompañado de un amigo, rumbo a casa de su padre a buscar dinero. Volvían caminando por Avenida Richieri y 3 de Febrero y los pasó una camioneta desde donde alguien le gritó “Ya vuelvo”. “Tomás se acercó para ver quién le había gritado y por detrás apareció en moto el chico con el cual Tomás se había peleado días antes y volvieron a tomarse a golpes. En la moto también estaba el padre del joven, quien descendió y le disparo con un arma de fuego a Tomás. Después de matar a mi nieto, él se fue de acá a Colastiné”, relató Cristina Portillo.
A dos meses del crimen, la familia quiere que la Policía encuentre “al que lo mató, que se fue a Colastiné. Acá vinieron a hacer un allanamiento en su casa y no lo encontraron. El doctor Estanislao Giavedoni y los de homicidios nunca se desvincularon del caso, siempre están en comunicación con nosotros”, explicó Cristina. “Yo solo quiero que el asesino pague por lo que hizo, tenemos tanto dolor”, concluyó Cristina Portillo.
La madre de Tomás donó los órganos de su hijo y se salvaron cinco vidas
Cuando Tomás Garro falleció, su mamá accedió a donar sus órganos. La donación de Tomás hizo posible un trasplante de riñón y corazón a una joven de 22 años, de riñón y páncreas a un hombre de 31, de hígado a una joven de 15 años, de pulmón a un paciente de 27 años y el otro pulmón salvó la vida de un hombre de 51 años. Así se lo informaron desde Cudaio a la familia.
Fuente: Aire de Santa Fe
