“Aun con trece jornadas de paro; insisto, aún con trece jornadas de paro en el sector docente que no se justifican, la paritaria está abierta. Vamos a convocar, nos vamos a reunir y vamos a conversar para que las clases se regularicen”, dijo el ministro de Educación, José Goity. Lo expresó el viernes, a modo de cierre de una semana atravesada por paros, movilizaciones y una discusión sobre el nivel de acatamiento que logró la medida de fuerza del miércoles.
El funcionario dijo que “esta semana” los gremios serán convocados, aunque evitó dar precisiones respecto de días y horarios. En rigor, la fecha sigue sin ser definida y según pudo saber El Litoral, el gobierno se tomará su tiempo para evaluar la situación y hasta para sondear el universo sindical, antes de volver a citarlos para reencauzar la discusión. Entre martes y miércoles podría haber alguna definición.
A diferencia de otras instancias del conflicto, el capítulo de la semana anterior estuvo signado por la polémica suscitada a raíz de la instrumentación de un sistema de declaraciones juradas que dispuso el Ministerio de Educación para verificar quiénes no adherían a la medida de fuerza o quiénes tenían voluntad de trabajar pero por alguna circunstancia – escuela cerrada, por ejemplo- no pudieron hacerlo. Los sindicatos cuestionaron la medida y la tildaron de “extorsiva”, pero el gobierno la defendió argumentando que para poder descontar el día sin arbitrariedades, se requería de una base de datos certera.
Buena parte de la semana fue consumida por la controversia generada entre los gremios y el Ministerio de Educación respecto de qué grado de acatamiento había tenido el paro. Para AMSAFE y SADOP fue del orden del 90%; para el gobierno, el 41% de los trabajadores del sector se presentaron a trabajar con normalidad. La discusión tensó la relación entre las partes. Los gremios en Rosario ridiculizaron al Ministerio en una conferencia de prensa en la que intentaron demostrar “qué fácil era truchar” el sistema de declaraciones juradas. Desde la cartera educativa repudiaron el hecho y lo consideraron como “grave”. Ése es el ánimo y el clima imperante en estos días, que deberían interpretarse como la previa a la reanudación del diálogo.
Fuente: El Litoral