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115 años y una final Sudamericana que hizo historia

115 años y una final Sudamericana que hizo historia

Por Rodolfo Dominguez (Asunción: enviado especial)

 

Colón y un cumpleaños especial a menos de seis meses de haber jugado su primera final internacional.

No alcanzaron las casi 40.000 almas que Colón llevó a Asunción en el éxodo más grande de la historia del fútbol sudamericano, para que el Sabalero se llevara su primer título internacional. Es que el resultado fue justo desde lo deportivo, pero inmerecido desde el fanatismo y la pasión.

Esta ansiada final comenzó a jugarse mucho tiempo antes del partido para el Negro (con este nombre también se reconocen los hinchas), lo que devino en una gran planificación estratégica  ya que el primer objetivo era conseguir las preciadas entradas que todo los hinchas querían tener a cualquier precio y en cualquier lugar del estadio y que sacrificaban horas de sueño por adquirirlas en la página web de la Confederación Sudamericana siempre colapsada. Quien conseguía obtenerla, luego le tocaría atravesar la odisea de hacer largas colas de noche o de día para poder retirarlas del estadio y aquel que no llegó en tiempo y forma para tal cometido, le tocaría viajar sin ellas para retirarlas en lugares indicados por el centro de Asunción en Paraguay.

Buscar alojamiento por internet tampoco fue tarea sencilla, ya todos los hoteles figuraban con habitaciones que nada tenían que ver con precios normales ante la inminente llegada en masa de hinchas. Como verán la viveza no solo es criolla, también es guaraní. Pero tampoco fue un obstáculo donde parar, y así se comenzó a planificar el largo viaje de más de 1.000 kilómetros hasta el gran objetivo, siempre especulando con que la masiva llegada no colapsara el paso fronterizo y por el medio que fuera: autos, motos, micros, avión, y hasta en bicicleta, como lo hizo un hincha que utilizando este medio salió de su ciudad de origen varios días antes al que todos cruzábamos en la ruta alentando y vivando a quién sin lugar a dudas fue el más sacrificado hincha que aportó este partido internacional.

En la entrada al Paraguay sucedió todo lo previsible, la aduana sin poder responder a la gran escalada de visitantes argentinos que con demoras de hasta 12 horas y colas de más de 30 kilómetros de vehículos que avanzaban a paso de hombre después de largas horas de viaje.

Ya con el ingreso legalizado, los hinchas comenzaron a invadir las calles, los comercios y los shopping de todo Asunción. Unos empezando una recorrida de distensión y otros por buscar las entradas que no pudieron llevarse desde Santa Fe. Y la costanera Asunceña se vistió de rojo y negro, porque allí la Conmenbol instaló el Fan Fest donde aquellos que no contaban con entradas podían ver el partido desde la pantalla gigante y aún aquellos que no contaban con alojamiento podían pernoctar bajo el abrazador calor que ni siquiera daba tregua por la noche. Eso sí se sabía que el impiadoso clima cambiaría, tormenta mediante, anunciada justo para el comienzo del partido como finalmente sucedió.

Y llegó el día y la hora de la cita- 9 de noviembre 17.30 hs.- en el estadio La Nueva Olla de Cerro Porteño, lugar donde todos queríamos estar, los hinchas en las tribunas y plateas y éste hincha reportero. Privilegiado porque pudo vivir la gran fiesta previa y el partido desde el campo de juego, lugar desde donde mis retinas jamás olvidarán el poder ver todo a mi alrededor rojo y negro, con hinchas que gritaban, cantaban, saltaban y bailaban aún antes que empezara el show artístico que la organización tenía reservado. Pero más allá de los artistas presentes al sabalero sólo le importaba la presencia de Los Palmeras que con su “Soy Sabalero” emocionó a todos hasta las lágrimas de alegría, sin imaginar siquiera después que nuevas lágrimas brotarían de tristeza ante el resultado adverso consumado. Lágrimas que fueron disimuladas en sus rostros  porque la hinchada aguantó estoicamente la lluvia torrencial que se desató desde el comienzo del partido y que no dejó de caer- partido mediante suspendido por la gran cantidad de agua en el campo de juego- hasta el minuto 90.

Dicho esto,  y más allá del resultado, la victoria que se le negó a Colón dentro de la cancha, la ganó afuera en el reconocimiento del pueblo y las autoridades paraguayas por la excepcional conducta de sus hinchas y por pasar a la historia con el movimiento de hinchas más grande que se haya conocido en la rica historia del fútbol sudamericano.

Una proeza que con seguridad se inscribirá en el Libro Guinness de los récords mundiales.

 

 

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