Luego de contratar a Luis Miguel Rodríguez en el mercado de pases anterior, los dirigentes fueron con todo para abrochar la llegada de Rodrigo Aliendro, dos jugadores claves en Atlético Tucumán, que venía de ser gran protagonista de las últimas temporadas.

Sin embargo, como Guillermo Acosta se había ido a Lanús y el Pulga a Colón, los hinchas del Decano estallaron de bronca en las redes sociales, muy enojados con los dirigentes, que tuvieron que salir a decir que no se iría ningún otro referente del equipo.

De esa manera, a pesar de la gran oferta que hizo el Sabalero para contar con el talentoso volante derecho (también puede jugar de doble cinco) la operación no se pudo cristalizar, aunque siempre quedó el anhelo por contar con sus servicios.

Con el desembarco de Pablo Lavallén y un nuevo mercado de pases, los dirigentes y el DT se pusieron rápidamente de acuerdo en la cantidad y nombres de jugadores que intentarían contratar para potenciar al equipo, que arrancará muy complicado con los promedios la próxima temporada, aunque con la Copa Argentina y la Copa Sudamericana como grandes objetivos.

Y uno de los primeros nombres consensuados fue el de Rodrigo Aliendro, quien fue dirigido por Lavallén en el Decano y podría ser un gran salto de calidad para un planel que a pesar de haber sellado su clasificación a los octavos de final de la Sudamericana, terminó penúltimo en la Superliga.

El pase de Aliendro se divide en partes iguales entre Chacarita y Atlético Tucumán. Con el Funebrero, Colón comparte el pase de Cristian Guanca, quien sería comprado en 2.000.000 de dólares por el Al-Ettifaq de Arabia Saudita, por lo cual se le cedería la totalidad del pase.

En tanto, con el Decano la propuesta sería de 900.000 dólares, más el 50% de la ficha que el Sabalero tiene de Gustavo Toledo (el otro 50% es de Independiente), con lo cual Aliendro pasaría a ser completamente juador rojinegro.

De concretarse la operación, sería el primer refuerzo de jerarquía y calidad que sumaría Colón para la próxima temporada. Otra vez contó con una ingeniería económica adecuada para poder producir su contratación, y con la predisposición del jugador que quería cambiar de aire.