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por
la redacción
“Matías se fue con él, y no lo volvimos a ver ni yo ni mis cinco hijos”, declaró este jueves por la mañana quien era pareja de Emanuel Matías Casco y denunció su desaparición a principios de diciembre de 2020. Fue durante la audiencia en la que el juez Sergio Carraro dispuso que el único imputado por el crimen continúe tras las rejas.
Ernesto Fabián Quintana (43) permaneció prófugo hasta abril de este año, cuando fue imputado como autor del “homicidio doblemente calificado por el empleo de arma de fuego y por haber sido cometido con alevosía” de Casco. El cuerpo del hombre de 30 años apareció el 8 de diciembre de 2020 a la vera del río Coronda, en Sauce Viejo, envuelto en capas de bolsas de nylon negro ajustadas con cordel y tejido perimetral atado con alambres.
Según lo expusieron las fiscales Laura Urquiza y Bárbara Ilera, Casco trabajaba para Quintana, que solía pasarlo a buscar por su domicilio y llevarlo hasta un campo en Recreo, donde cultivaba marihuana y le pagaba con cogollos. La familia de la víctima señaló que su relación con su jefe era problemática, Casco quería que le abonara en efectivo, porque lo necesitaba y porque ya lo había parado Gendarmería con estupefacientes en su poder. De hecho, días previos a su desaparición le había llegado una citación del Juzgado Federal, a la que Quintana le habría dicho que no se presentara. La familia Casco dice que él quería ir igual, para no arriesgarse a perder la libertad condicional con la que había sido beneficiado en otra causa.
Paliza y ejecución
Quintana declaró que es “totalmente ajeno a este hecho, nunca lo fui a buscar esa mañana”, pero los testimonios reunidos durante la investigación ponen en crisis sus dichos. La fiscalía señaló que la noche del 2 de diciembre de 2020 Quintana se acercó a la vivienda de Casco para decirle que al día siguiente lo pasaría a buscar para ir al campo, a lo que la víctima accedió porque necesitaba el trabajo.
Pasadas las 7, arribó al domicilio de barrio Loyola Sur en su Chevrolet Corsa gris y se llevó a Casco, que ya no regresó a su hogar. A través de informes de geolocalización del celular de Quintana, la fiscalía reconstruyó el recorrido que realizaron esa mañana. En vez de dirigirse a Recreo, fueron hasta la casa en la que vivía el imputado (cuyo dueño denunció que estaba usurpada), ubicada a la altura de la Ruta 11 Km 541, sobre una cortada sin nombre entre Ramírez y Azopardo.
Según lo imputado, allí Quintana, tal vez junto a otras personas aún no identificadas, golpeó brutalmente a Casco. Fue tan violenta la paliza que le perforó el pómulo izquierdo, penetrando hasta la cavidad bucal, rompiendo la prótesis que la víctima tenía allí y despojándolo de varias piezas dentales. Luego, lo ejecutó de un disparo en la cabeza. El cuerpo fue descartado en el río Coronda, que se encuentra a unos 200 metros del lugar.
Prófugo
Para la fiscalía, Casco fue asesinado esa misma mañana, antes de las 10. Para cuando su pareja, que estaba embarazada de 8 meses, radicó la denuncia de paradero el 5 de diciembre, el hombre llevaba dos días muerto. Ese día se allanó el campo al que supuestamente lo habían llevado a trabajar, donde secuestraron más de un centenar de plantas de marihuana.
El cuerpo de Casco apareció el 8 de diciembre. Tres semanas después, el 30, se allanó el domicilio de Sauce Viejo, donde encontraron sábanas con presuntas manchas de sangre y piezas dentales (que más tarde un perito aseguraría que coinciden con las que le faltaban al cadáver). La Sección Perros trabajó buscando el rastro de la víctima, arrojando resultados positivos tanto en ese domicilio como en el campo de Recreo.
Quintana fue intensamente buscado. Se realizaron varios allanamientos, con resultado negativo. Los investigadores descubrieron que la Justicia Federal lo buscaba desde 2019. Recién en marzo de 2023 surgió una pista concreta sobre su paradero, una conversación entre su hija y su pareja, que tenían los teléfonos intervenidos. La mujer llamó preocupada y señaló que estaba viendo como Quintana había sido “parado” por un gendarme, que le había encontrado “cosas” encima. La fiscalía se comunicó con Gendarmería Nacional para solicitar mayor información, pero sorpresivamente no existía registro de ningún procedimiento realizado ese día en ese horario. Por esto, se abrió una investigación.
Finalmente, a mediados de abril se logró la detención de Quintana en su campo de Recreo, donde nuevamente secuestraron marihuana y dos armas de fuego. Estaba junto a Natalí Rojas, condenada por formar parte de la banda de usurpadores dirigida por el narcotraficante Juan Pedro “Pato” Calderón. Quintana fue imputado por el homicidio de Casco y, debido a la gran cantidad de evidencia, los abogados Claudio Torres Del Sel y Natalia Giordano consintieron que quedara en prisión preventiva hasta que pudieran preparar la defensa. Es por esto que este jueves se discutió la cautelar ante el juez Carraro, quien dispuso que Quintana continúe tras las rejas mientras el proceso avanza.
Otro homicidio
Matías Casco está sindicado como quien en mayo de 2020 asesinó a Diego Fabián Riquelme en el barrio El Sabalito. Su hermano Diosnel está imputado como coautor del crimen y espera el juicio en libertad.
Fuente: El Litoral