Unión se despidió de este 2018 inmerso en una profunda meseta. Quizás ni el más pesimista podía pensar que el equipo mermaría tanto en el rendimiento después de aquel partido ante Godoy Cruz, que a la postre terminó siendo el quiebre negativo con la derrota como local 3-0. De ahí en más, el equipo no volvió a ganar. “Tengo que reinventar todo”, había dicho el entrenador rojiblanco, Leonardo Madelón, después del cachetazo que recibió ante San Martín de San Juan y por eso metió mano en el equipo para recibir a Banfield, pero el mal momento se hizo carne y el desenlace no quiso que el Tate quiebre la mala racha, que llegó a los cinco partidos sin ganar, con cuatro derrotas y un empate.

Pero esa frase no fue solamente para dicho encuentro sino pensando en lo que viene, que es un 2019 con un objetivo claro: la primera participación en la Copa Sudamericana. Para ello será clave enderezar el rumbo y por eso podría decirse que este final de semestre le viene bien para un refrescante lavado de cabeza y el posterior balance. Más allá de todo lo que pasó en este último mes y medio, el año de Unión fue más que positivo. Aunque generalmente la gente se queda con la imagine final y por eso hay mucha atención por parte del cuerpo técnico, que no quiere usar la palabra preocupación.

Madelón dejó en claro en la exposición del viernes pasado, ya que no fue una tradicional conferencia de prensa porque no respondió preguntas, sino que habló para los medios, que una vez que termine todo se quedaría unos días más para planificar lo que se viene. En este sentido, sobre cómo será finalmente el arranque de la pretemporada, que se producirá en la primera semana de enero y está previsto que el domingo 6 el plantel se traslade a Mar del Plata para realizar las tareas más exigentes y afrontar varios amistosos. Pero como así también, entablar algunas reuniones con el presidente Luis Spahn para trasladarle qué necesita para el armado del próximo plantel.

Uno de los que finaliza su vínculo es Rodrigo Gómez, que siempre mostró sus ganas de seguir, pero no depende solo de él, ya que su pase le pertenece a Toluca de México. Habrá que ver si se pretende hacer una gestión sin cargo o si Droopy debe buscar un nuevo rumbo. Desde lo fútbolístico, sigue estando en deuda. Después, será un tema a seguir de cerca los puestos que el DT pretende fortalecer. Nuevamente el ataque quedó en el debe, ya que ni Franco Soldano (que es el jugador a vender) pudo sobresalir como en el semestre anterior. Lo mismo para el mediocampo. Las diferencias de nivel entre la base titular y el resto es notoria y ahí es donde quizás radicó uno de los problemas. Hay material en el grupo, pero de ahí a que todos rindan de la misma manera es otra cosa. Por eso se vienen varios días cargados para el DT rojiblanco y la dirigencia, que desde este lunes se ponen manos a la obra para armar al nuevo Unión de 2019.

Fuente: UNO Santa Fe.